Empecé a ir hace 4 años cuando solo estaba Miguel con un problema en la mandíbula. Después de tratarme me dijo que tenía un problema a nivel articular, en el menisco. Después al año y medio volví con más dolor y me empezó a atender Sarah. Me han operado por fin de la mandíbula y tenía el menisco perforado.
Después de 3 años seguidos yendo para poder hacer una vida medio normal gracias a ellos, solo tengo palabras de gratitud. Combinan fisioterapia con osteopatia y siempre están en constante formación. El trato con el paciente es espectacular y las manos que tienen son de otro mundo.
Por último, si estás bastante mal, Inma siempre intenta hacerte un hueco para poder tratarte. Simplemente un 10 en todo.