La diarrea es un trastorno intestinal común que afecta a personas de todas las edades. Se caracteriza por la evacuación frecuente de heces líquidas o sueltas, y aunque puede ser un síntoma temporal, también puede indicar problemas de salud más serios.
Diferencias entre diarrea aguda y crónica
La diarrea se clasifica generalmente en dos categorías: aguda y crónica. La diarrea aguda es aquella que se presenta de forma repentina y suele durar menos de dos semanas. Comúnmente, es causada por infecciones o intoxicaciones alimentarias. Por otro lado, la diarrea crónica persiste durante más de cuatro semanas y puede ser un signo de condiciones subyacentes más serias, como enfermedades inflamatorias intestinales o síndrome del intestino irritable.
Es esencial identificar el tipo de diarrea que se presenta, ya que esto influye en el tratamiento y manejo del paciente. La diarrea aguda, aunque incómoda, a menudo se resuelve por sí sola, mientras que la crónica requiere un enfoque más exhaustivo y a menudo implica la intervención de un profesional de la salud.
Causas más comunes del trastorno intestinal
Infecciones bacterianas, virales o parasitarias
Las infecciones son una de las causas más comunes de diarrea. Las bacterias como Salmonella, Escherichia coli y Campylobacter son conocidas por provocar gastroenteritis, que se manifiesta a través de diarrea. Las infecciones virales, como el rotavirus y el norovirus, también son responsables de brotes de diarrea, especialmente en entornos cerrados como guarderías y hogares de ancianos.
Los parásitos, como Giardia lamblia y Entamoeba histolytica, pueden causar diarrea crónica si no se tratan adecuadamente. Es fundamental mantener una buena higiene y manipulación de alimentos para prevenir estas infecciones, así como estar atentos a los síntomas que puedan surgir tras la exposición a fuentes de agua o alimentos contaminados.
Intolerancias alimentarias y medicamentos
Las intolerancias alimentarias, como la intolerancia a la lactosa, son condiciones en las que el cuerpo no puede digerir ciertos alimentos, lo que lleva a síntomas como la diarrea. En el caso de la intolerancia a la lactosa, la ingesta de productos lácteos provoca una reacción adversa que resulta en heces líquidas.
Además, algunos medicamentos, especialmente los antibióticos, pueden alterar el equilibrio de la flora intestinal, lo que puede resultar en diarrea. Es esencial consultar a un médico si se sospecha que un medicamento está causando este síntoma, ya que puede ser necesario ajustar la dosis o cambiar a un tratamiento alternativo.
Estrés y otras causas funcionales
El estrés y la ansiedad pueden tener un impacto significativo en el sistema digestivo. Muchas personas experimentan diarrea como resultado de situaciones estresantes, lo que se conoce como diarrea funcional. Esta condición no está relacionada con infecciones o intolerancias, sino que es una respuesta del cuerpo al estrés emocional.
Otras causas funcionales pueden incluir el síndrome del intestino irritable, que se caracteriza por una serie de síntomas gastrointestinales, incluida la diarrea. Es fundamental abordar tanto los aspectos físicos como emocionales de la salud para manejar adecuadamente estos síntomas.
Síntomas asociados a las heces líquidas
Dolor abdominal, náuseas y deshidratación
El dolor abdominal puede ser un síntoma debilitante que acompaña a la diarrea. Este dolor puede ser causado por la inflamación del intestino o por los espasmos musculares que ocurren durante la evacuación. Las náuseas a menudo se presentan como un síntoma secundario, lo que puede dificultar aún más la ingesta de líquidos y alimentos.

La deshidratación es una de las complicaciones más serias de la diarrea, especialmente en niños y ancianos. Los signos de deshidratación incluyen boca seca, sed intensa, orina oscura y fatiga. Es crucial reponer líquidos y electrolitos para evitar complicaciones graves.
Fiebre, sangre en las heces y señales de alarma
En algunos casos, la diarrea puede ir acompañada de fiebre, lo que indica una posible infección. La presencia de sangre en las heces es otra señal de alarma que no debe ser ignorada, ya que puede ser indicativa de condiciones más graves, como colitis o infecciones severas.
Si se presentan estos síntomas, es fundamental buscar atención médica de inmediato. La evaluación temprana puede ayudar a identificar la causa subyacente y prevenir complicaciones adicionales.
Tipos de diarrea según su origen
Diarrea osmótica, secretora e inflamatoria
La diarrea osmótica se caracteriza por la presencia de solutos no absorbibles en el intestino, lo que provoca un aumento en la cantidad de agua que se excreta. Esto puede ser el resultado de la ingesta de ciertos alimentos o de condiciones como la enfermedad celíaca.
En el caso de la diarrea secretora, el intestino produce un exceso de líquidos, lo que puede ser causado por infecciones o por la ingesta de ciertos medicamentos. Por último, la diarrea inflamatoria es una respuesta del cuerpo a la inflamación, que puede ser causada por infecciones o enfermedades crónicas.
Diarrea infecciosa o no infecciosa
La diarrea puede ser infecciosa, causada por patógenos como virus, bacterias o parásitos, o no infecciosa, asociada a intolerancias alimentarias, medicamentos o factores emocionales. La diarrea infecciosa a menudo se presenta de manera repentina y puede ir acompañada de fiebre y malestar general.
Por otro lado, la diarrea no infecciosa puede ser más crónica y requerir un enfoque diferente para su manejo. Es importante identificar la causa para aplicar el tratamiento adecuado y evitar complicaciones a largo plazo.
Tratamiento para controlar la diarrea
Rehidratación oral y sales minerales
La rehidratación es un componente clave en el tratamiento de la diarrea. Las soluciones de rehidratación oral contienen una mezcla de sales y azúcares que ayudan a reponer los electrolitos perdidos. Estas soluciones son especialmente importantes en niños y ancianos, quienes son más susceptibles a la deshidratación.
Es recomendable evitar bebidas azucaradas o con cafeína, ya que pueden agravar la deshidratación. La ingesta de líquidos claros, como caldos o agua, es fundamental para mantener el equilibrio hídrico.
Dieta astringente y recomendaciones alimentarias
Durante un episodio de diarrea, seguir una dieta astringente puede ayudar a aliviar los síntomas. Esta dieta incluye alimentos como arroz, plátanos, manzanas y tostadas, que son fáciles de digerir y ayudan a firmar las heces.

Es importante evitar alimentos grasos, picantes o ricos en fibra, ya que pueden irritar el intestino y empeorar la diarrea. Gradualmente, se pueden reintroducir otros alimentos a medida que los síntomas mejoran.
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Si bien este artículo se centra en la diarrea y sus causas, es importante recordar que la salud integral incluye el bienestar físico y emocional. En Globalfios, nuestra clínica de fisioterapia en Leganés, ofrecemos servicios que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes sufren de trastornos gastrointestinales y otros problemas de salud.
La atención multidisciplinaria es clave para abordar los síntomas de manera efectiva y garantizar una recuperación completa. No dudes en buscar ayuda profesional si los síntomas persisten o si tienes preocupaciones sobre tu salud digestiva.